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Mostrando entradas de enero, 2011

De la cuna al mar

A primera hora de la tarde de un miércoles deliciosamente primaveral, mi madre estaba inmersa en una apacible siesta cuando de repente, dándome yo por gestada la desperté alegremente; enseguida supo que me personificaba de forma inminente. Tuvo el tiempo justo de telefonear a mi padre y de alcanzar la clínica en taxi. Por suerte vivíamos a cuatro manzanas de la clínica. La comadrona, que era la misma que asistió a mi madre en el parto de mi hermana mayor no daba crédito de mi urgencia por conocerla.  Jamás entenderé como me pude presentar de una forma tan indiscreta a este mundo. Mi madre que siempre ha sido muy sufrida, no alarmó a mi padre cuando lo llamó al despacho y él, convencido de que tardaría en nacer otras doce horas como su primera hija, se detuvo a buscar a mis abuelos; cuando llegaron, el turrón,  ya estaba servido y las presentaciones fueron inmortalizadas. Mi abuelo gran aficionado a hacer películas,  grabó todas las etapas de nuestra vida. Y ahí estoy yo

Una mañana de agosto...

Amanecía dentro del bosque. Hacia pocas horas que acababa de llover y un velo de neblina desnudaba lentamente las copas de los árboles. Los aromas de la naturaleza subyugaban el ambiente con el frescor de la hierba, con la intensa fragancia del pino, de la encina, de la tierra mojada. Fui a caballo por un sendero que conduce a un bello y serpenteante riachuelo divinizado por una cascada. Cuenta una leyenda que las hadas habitan detrás de la cola de la cascada, en una pequeña gruta que se abre entre las grandes piedras desgastadas por las caricias del agua. Aunque yo jamás las he oído cantar, alguno hay en el pueblo que asegura oír sus dulces melodías en las noches de luna llena. Auditivamente, agudicé todo lo que pude, pero allí lo único que interrumpía el silencio era el relajante sonido del agua patinando musicalmente entre las piedras que dividen las dos orillas y el alborotado revuelo de unos párvulos pajarillos que agitaban los nidos con un brío casi puberil, reclamando el p

Una mujer del siglo XX

En una ocasión a   Don Camilo José Cela se le escuchó decir: "Hay dos clases de hombres: quienes hacen la historia y quienes la padecen" .  Tengo la certeza de que el término "hombres" tiene aquí un significado de géneros generalizados en el que, el género femenino, no está para nada excluido. Recordando sus sabias palabras y sin un finito que humedezca las mías, me viene a la mente María Moliner : una mujer que hizo historia. En este archivo se recuerda la que tal vez fuera su labor más grande y hermosa, pero lo cierto es que   María Moliner   continuó alzando un interesante legado para nuestra cultura durante la época de la dictadura. Elaboró un Diccionario que tardó quince años en escribir a partir de decenas de miles de fichas que, cuidadosamente iba seleccionando; las elaboraba con la lengua viva reflejada en los periódicos, con la guía de los mejores diccionarios españoles y con la orientación del británico Learning dictionary. Su estupenda y valiosa la

Buenas Noches...

Hay lugares en los que siempre es agradable regresar; con la luz ya apagada, mentalmente y con los ojos cerrados, abandonando el cuerpo en el descanso aflojado, o con los ojos abiertos, acurrucados en la oscuridad flotante que crean  las bellas formas del silencio. Buenas noches, felices sueños.

Siempre es todo ojos.

Supongo que no es difícil reconocerle. Pablo Picasso. Pintor : figurativista, cubista, clasicista y expresionista. Fue perfilando los estilos y las distintas corrientes a través de su tiempo. En su periodo azul,   es el pintor del sentimiento patético; en él nos dibuja cuerpos abatidos por el  sufrimiento, por el cansancio, por el dolor o  la pena, imbuidos por el hambre, por una dependencia, por la miseria o por  la desazón y la soledad. No hay una belleza preciosista en sus obras azules porque no persigue captar la estética de la belleza física, natural ni paisajística. Ni obra muerta ni retratada. Lo que atrapa de sus lienzos azules, es otra belleza, y es vida también, tal vez esa parte viva que en más de una ocasión nos hace enmudecer por encima de cualquier rostro o cuerpo bello. Picasso plasma el sentimiento, el  estado de ánimo, lo que naufraga de un cuerpo, lo que fluye bajo sus pieles y va más allá de los huesos, lo que late, lo que se corroe, lo que se co

Reyes, paracetamol y... electricidad!!

La tarde de Reyes me encontraba destemplada, con fiebre y con la sensación de tener más huesos de los que preciso para moverme. En mitad de una  lectura bastante densa y algo repetitiva por falta de concentración, recordé algo que solía decirme mi abuelo, decía: "la cama se come a los enfermos", y en gran parte pude comprobar que tenía toda la razón. Efectivamente se refería a que no has de acomodar mucho el cuerpo y por ende la enfermedad porque el ánimo se suele postrar en ese sutil abandono, y es que estar enfermo, es sentir ante todo, un gran desánimo; recordar sus palabras junto a la efervescencia de un alimonado paracetamol  me animó a saltar de la cama y a sumergirme en un baño caliente con bahos de eucalipto, puse un poquito de música que siempre anima y me autosugestioné muchísimo para que la cama no se me engullera; cuando me di cuenta, mi ánimo había recobrado un lugar junto al de mi pequeño e impresionable sobrino. Jack, tiene exactamente un año y medio y es uno