Os acordáis de Clint Eastwod en Million Dollar Baby?
Tenía algo.
Tenía algo.
Tal vez la hostilidad sellada en su mirada de tantos golpes recibidos en el ring. Sí, eso tal vez explicaría por qué hay hombres que no saben realmente quienes son hasta que el vaho de la ducha no empaña por completo sus rostros en el espejo porque realmente, hasta que esto no sucede, no dejan de autodestruir lo que hasta ahora veían reflejado. Ese interés por devaluar lo que uno es interiormente, puede delatar una hostilidad que termina siendo la protagonista de la desdicha que los envuelve. Hay algo intenso, muy intenso que tal vez uno tenga que admitir de sí mismo y en esa aceptación comienza el camino.
Hace algún tiempo me crucé con una mujer que escondía el rostro tras unas gafas oscuras debajo de los fluorescentes del supermercado. Las gafas de sol, siempre he pensado que sirven para reconfortar la mirada bajo una luz excesivamente molesta, para ocultar unas ojeras después de una juerga intempestiva o para que nadie se cuele a través de tus ojos hasta el fondo de tu alma, así que en realidad fue su pose acongojada y asustadiza lo que me llamó la atención y el gesto repetitivo con el pelo intentando ocultar lo que sus gafas no lograron que me pasara totalmente desapercibido.
Ella me siguió y se acercó hasta que mi bolso se rozó con el suyo.
El moratón tenía mal aspecto y por el color parecía reciente, de un día o dos.
Intenté hallar un instante más cordial entre nosotras que lograra tranquilizarme a mí y a ella...
Has probado los tomatitos cherry abiertos por la mitad después de pasarlos por la paella y espolvorearlos por encima con queso parmesano?
No, me indicó con una leve sonrisa.
Estás bien? continué...
Pero entonces ella arrancó el paso hasta un lugar del colmado donde podía ver la calle tras las cristaleras, el hombre que ella miraba cada tres o cuatro pasos era un individuo que charlaba con alguien a través de su móvil, la intución me hizo retirar la mirada o fue el miedo o tal vez el malestar que me provocaba ver al tío que la atemorizaba cada día de su vida, quizás también la preocupación que me despertaba aquella mujer buscando mi cercanía sin esbozar apenas ningún sonido auditivamente tangible.
Y mientras me subsanaba el temple entonces de repente el individuo de la calle dejó de conversar por el móvil y con gesto marcial le señaló a ella su reloj de muñeca con cara de pocos amigos, un gesto que ella acató sin pausa.
Espera! quieres que nos tomemos un café un día de estos, vives cerca?
Sí me gustaría, pero no, no, mejor no.
Su voz era como un hilo de seda frágil y a pesar de su miedo y sus negativas sentí en su gesto la necesidad de envolverme, de retenerme.
Le dí mi dirección sin papel y su respuesta no me tranquilizaba...
No necesito tu ayuda, mi marido se altera con frecuencia pero después es bueno.
Tú también eres buena. No dejes que te pegue.
Olvídame, y no digas nada porque lo negaré todo, esto me lo hice un día que iba bebida ya no me acuerdo cómo...
Su tono ahora era de lija y sus palabras lograron retraerme.
Perdona...siento haberte molestado...de repente me entró una vergüenza brutal.
Pasaron los días y el timbre de mi casa no fue pulsado por sus dedos temerosos, tampoco sucedió al cabo de unos meses.
Hay amores que al encontrarse suman un total de dos fugitivos, aquella Bonnie no parecía tener a un Clyde en su vida aunque en algún momento del día a ella, le pareciese que sí, que podía serlo...
Comentarios
Y ese miedo irracional que sientes y que por otro lado crees que es el único sentimiento que puedes albergar en tu corazón...
No podría vivir así pero no caigo en lo que mucha gente dice: Si no les gusta, que salgan de ahí, que le dejen, que desaparezcan, que pidan ayuda.... No pueden. No pueden salir de esa cárcel sin un apoyo incondicional, constante, extremo y sobre todo, psicológico.
Necesitan que alguien les vuelva a enseñar que ellas valen por sí mismas, que tienen vida propia, que el mundo les sonríe...
He conocido a alguna mujer que vivía bajo ese yugo y que le costó media vida convencerse de que ella podía vivir sin el permiso de él.
Un beso y feliz semana, my darling.
Ninguna víctima entiende tal vez que eso es una enfermedad mental? porque lo tiñen de amor y de perdón por eso siguen en el fondo, no acaban de ver que necesitan un tratamiento psicológico...es como si ellas mismas viviesen una película. Que se curen, por Dios...
Un beso fuerte, sister :D
Gracias por venir a verme.
Y no tiene pinta de arreglarse.
En los adolescentes ya empieza este comportamiento enfermizo, quitándoles el móvil a ellas, revisando mensajes e incluso rompiéndoselo...
He visto algún caso, lo peligroso es que siguen con ellos y sin ningún tipo lastre, ni familiares ni dependiente.
Incluso ellas ven como normal este comportamiento en ellos, hace poco en una encuesta....
No se que pensar ya, signorina...
Un piacere
Beso
Sicilia
Un beso.
Sí, es llamativo lo que cuentas Sici. Creo que esos comportamientos se observan en la adolescencia pero tengo la impresión que se arrastran desde la infancia, yo pienso que que el entorno familiar, la educación que recibes, lo que ves en tu casa desde pequeño es el verdadero entramado de esa personalidad que o bien se corrige o bien va in crecendo el verdadero problema. El factor educacional es muy importante. Aunque no siempre el maltratador ha sido maltratado sí creo que en muchos casos eres el reflejo de lo que has visto hacer, la hostilidad que uno siente por dentro termina saliendo si no te han enseñado a quererte ni a querer a nadie.
Gracias por tu comentario. Un piacere.
Baci.
Un besote, Miguel. Gracias por dejarme tus impresiones.
Un beso, guapa. Me alegro mucho de tu vuelta. Y por cierto, qué chulada la foto de la cabecera del blog. Mencanta :D
Más besis :):):)
Sí hay cosas que son imborrables, para bien o para mal la memoria está ahí, siempre. Es difícil supongo soltar ese lastre totalmente pero por otra parte creo que saberte liberada, fuerte, válida, capaz...debe de sumar muchas cosas buenas en el alma no?
A veces uno imagina que lo que tiene que hacer es imposible y cuando lo hace, cuando por fin traspasa el muro...la profundidad es tan grande, tan enorme en el alma que no se reconoce de repente en su vida anterior.
Sólo con cruzar el muro ya obtienen una dosis tremenda de autosatisfacción, es como el que se quita de la droga...algo así, porque es un problema de dependencia muchas veces...
Y yo me alegro mucho de tu vista, siempre.
Muchos besis, guapérrima!
:D
Saluditos y muy buena entrada
Un beso, me alegro de verte.
Gracias.