Uno trae la urgencia hueca y el vivir sin sueños, el acecho constante del mundo y sus derivas.
Uno está perdido en un anhelo sordo -no es deseo- de rapidez, dinero y trabajo sin aliento.
Uno llega aquí y la calma desacelera el corazón y el ánimo; Cambia el sentido de las cosas de tal forma, que esa paz se parece a la tristeza: tanta quietud, tanto silencio, tanto ritmo natural de pájaro y marea...
Las gotas afiladas de la lluvia agujerean el metálico mar que baila su clásica armonía.
Con su mudo respirar, los verdes olivares alivian las secas piedras y huelen a caricia.
El manto azul, las blancas casas, las gentes con su parsimonia y paz, por fin me envuelven y participo entonces de la naturaleza genuina de la Vida.
Comentarios
Pero viendo tus fotos, aún me parece más bello.
Besos.
El paisaje está lleno de contrastes geológicos y meteorológicos. El viento y el salnitre han esculpido las piedras y el resultado es hoy una obra de arte ecléctica. Hay lugares un tanto fantasmagóricos en los que las piedras grises agujereadas por el viento evocan una anatomía esquelética, impresiona la analogía entre un esqueleto humano y uno rocoso. En otras fotografías intenté captar en las caprichosas posiciones de las rocas otras coincidencias visuales, he puesto la tortuga, la ratita, el corderito y el conejito, pero hay cientos o miles y en esta experiencia sin duda lo más divertido y sorprendente es la imaginación y la percepción visual humana que tiende a buscar registros empáticos en un paisaje mineral.
Te deseo un feliz verano, Miguel. Este año parece que nosotros nos hemos anticipado a él.
Besos, Miguel.
Pásalo en grande, Ricardo.
Besos.
Un beso, guapísisma.
He de ir a Plantilla, configuración, enlaces, color de los enlaces y seleccionar otro color para cuando se pone el cursor del ratón encima del enlace.
Quizás lo verdaderamente cierto es que sólo tenemos capacidad para sobrevivir, que no es mucho salvando las distancias, pero tampoco es poco, salvando las prisas, la rutina, las vacaciones, el trabajo, la familia, la amistad, las aficiones, las preocupaciones, las alegrías, los sueños alcanzables, la salud, la libertad, la justicia, y mil cosas más... :D
Besos, Antonio.
Hay otro bar al lado del faro que no llega a barucho, es pequeñito porque la terraza aparece o desaparece según sople el viento.
Un fin de año tienes que ir a verlo, aunque estoy segura que no te sorprenderá ver la cantidad de gente que espera ver el primer amanecer del año en el fin del mundo.
Un abrazo, cuídate.
Un abrazo, Gemma.
Gracias Antonio y perdóname si no puedo decirte lo mismo que tu madre.
Que el abrazo también sea para ella.
A los catorce años ya me enamoraba, ahora tengo 66, o sea que imagina. A los veintiseis o veitisiete viví en una choza de labranza durante todo un verano, prácticamente desnudo. A los cuarenta mi compañera y yo nos compramos una barca.
A los sesenta todavía escalaba por los riscos y me lanzaba al agua.