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Que lo digan ellos...

Hace tiempo que, sin darme cuenta, dejé de soñar. Cuando pasas la barrera de los cuarenta suceden cosas curiosas dentro de tí. Son pequeñas revelaciones pero muy jugosas desde un punto de vista personal. Por ejemplo, a partir de los cuarenta empecé a decir que no a muchas cosas que antes era incapaz y, como nunca antes había dicho que no,  de repente me sentí apurada, cómo le puedes decir que no y quedar bien?...quedar bien? si, por eso mismo había dicho que sí infinitas veces a cosas que en realidad o no me apetecía hacer o me iban a complicar el día, el fin de semana, o la semana entera, porque encima, nunca sabes lo que te van a pedir.

 Además soy de esas personas que nunca piden nada, no es por orgullo ni por soberbia, es simplemente porque mi sentido de la responsabilidad o delicadeza con la vida de los demás, no me lo permite, bueno, rectifico, quizá si que hay algo de orgullo cuando pienso que tengo que hacer la vida que soy capaz de llevar yo sola, no la que haría quizás por gusto o con la comodidad de saber que habrá alguien a mi lado a quién le  pueda decir... mira mamá, como las mujeres hemos decidido que tenemos que trabajar y los horarios escolares son incompatibles con los laborales, he decidido que igualmente voy a ser madre y que tú harás otra vez toda la tarea que hiciste conmigo y con mis hermanas...esto me ha frenado siempre, ha sido como un DIU psicológico de máxima fiabilidad y ademas,  mis hermanas se adelantaron en esto de ser madres porque cuando yo podía haber sido madre (esto no es ser fértil sino poder ser madre y dedicarme a mis hijos) mi madre, ya estaba hasta los topes de ejercer de abuela-madre. Yo lo único que veía,  es que ella estaba deseando que yo le dijera, vete con papá unos días, date el capricho ya me quedo de tía.... o simplemente, vamos a comer juntas y me cuentas cómo te sientes, que tal estás, cómo va tu vida... tú vida, yo siempre he mirado a mi madre con la conciencia de que le debía prácticamente todo lo que soy, mi madre me tuvo a mí con veinte años, si me lo hubiese pedido le hubiese dicho que no venía.... cuando yo nací ya tenía una hermana de once meses, cinco años después llegó la tercera. Mi hermana mayor, (aunque durante un mes tenemos la misma edad), siguió prácticamente los mismos pasos que nuestra madre, de manera que con 38 años, mi madre fue abuela por primera vez, y lo ha sido tres veces más. 

No ha tenido vida más que la nuestra. Yo me sentía incapaz de darle más pluriempleo. Ya ha hecho bastante.  Además mi madre, cuidó durante tres años a mi abuela, no quería que nadie, le tuviera que hacer lo que ella consideraba que tenía que hacer como hija, y durante esos tres años, mi madre me dio un ejemplo tan irreversible que cuando llegue el momento, la cuidaré a ella como si fuese mi hija, con el mismo amor y con la misma paciencia. 

Los padres transmiten ejemplos, todo lo que me ha enseñado lo ha hecho con sus actos de generosidad y amor verdadero.

Creo que hay muchas madres como la mía y seguro que hay personas que nunca han tenido madre o si pero con poco ejemplo, delante de estos casos no está bien alardear de madre, pero quizás les consuele pensar que sólo se deben repetir los ejemplos buenos, los malos, hay que hacer un acto humildad y no juzgar demasiado, aunque sé que a veces, es difícil. No es un consejo, es una reflexión que me temo que para algún hijo abandonado será injusta, pero si lo piensas bien, es muy probable que tú seas buen padre o buena madre sin haber tenido ejemplo. La inteligencia muchas veces es una opción. Dicen que si has sido maltratado es mas probable que tú también seas un maltratador, pero yo nunca subestimo la inteligencia de los que han sufrido, he visto niños con familias desestructuradas, con mucho fracaso en su vida y hoy ni son alcohólicos ni abandonarían a sus hijos. 

Dicho esto, mis hermanas siguieron los pasos de mi madre, pronto fueron madres, y  yo no las culpo de haberle quitado libertad a mi madre, si quieren ser madres trabajadoras no tienen muchas más opciones, todos sabemos que una canguro no es lo mismo que una abuela, de lo que me quejo realmente, es que se habla mucho de que en las empresas hay los permisos de maternidad o paternidad, pero ser madre o padre no son esos meses que se ciñen al post-parto, es toda tu época de subida profesional, y si no estás,  si te ausentas más de lo que tu jefe o el sistema permite, alguien no tardará en hacerte saber que  no eres tan buena como se pensaban...hay trabajos que no puedes dejarlos, si los dejas, pierdes posición, pierdes capacidad y lo siguiente es la pérdida de reconocimiento, y cuando el jefe cree que no estás en la posición que él espera, ni absorbes todo lo que él tenía previsto para tí, pasas a estar infravalorada.  Esto es así, por mucho que lo quieran maquillar, por eso mañana lunes, miles de jubilados llevarán a sus nietos al colegio y el viernes, cuando los niños empiecen sus meses de vacaciones, los abuelos necesitarán un plus de reconocimiento porque sin ellos, estamos perdidos, la demografía se hunde, España se hunde....reconocimiento o dignidad? que lo digan ellos.

Comentarios

Francesc Puigcarbó ha dicho que…
un primoroso retrato de la realidad, aunque de hecho de eso se trata, de nacer, crecer, tener hijos, envejecer y morir y en cada época de la vida te toca un papel que no has decidido sino que te han asignado, aunque siempre hay la posibilidad como es tu caso de alterar las reglas del juego.
En lo que no estoy de acuerdo es en lo de dejar de soñar, me niego rotundamente, es lo único a partir de cierta edad que nos queda para seguir soportando el hecho de vivir.

salut
Francesc Puigcarbó ha dicho que…
com a ésser contraductori que sóc, no sempre he pensat igual en aixó de somiar

https://anoarra.blogspot.com/2016/12/envellir.html
Gemma ha dicho que…
El copio Puigcarbó, és d'aquells que dient la veritat acompanyen...

He desat les il·lusions
en un calaix sense fons
per a no recuperar-les.
Viuré doncs de realitats
i deixaré de perseguir
debades les utopies.
El temps dels somnis s’ha acabat
ja no hi ha sol als terrats,
ni catifes verdes que m’emparin.
Els arbres despullats no floreixen,
i tampoc les flors.
que el meu jardí ornaven.
La grisor és el present
d’un futur que poc depara,
dins un paisatge que dia dia
irremeiablement es degrada.
No em queixo, deu ser així
com es va acabant l’estada,
renunciant de mica en mica
a tot alló que t’agrada.
Envellir, és acceptar-ho
mica en mica, ignorar
amb la justa displicència,
com si no anès amb tu
que aquest viatge s’acaba,
sense senda de retorn,
ni hora anunciada.


S'ha d'envellir amb la dignitat que hi hà en aquest poema però també cal ser contradictori per suportar-ho.

Gràcies Francesc.
Francesc Cornadó ha dicho que…
El paso del tiempo nos da unas experiencias riquísimas. Aprendemos de todo lo que vivimos y al final nos damos cuenta que el mejor maestro es el infortunio, ¡porca miseria!, aún así, se nos antojan momentos felices que lo remedian todo y ganamos en valentía intelectual, nos resulta más fácil decir "NO" y lo decimos, precisamente hoy que tan difícil resulta ejercer la sinceridad y todo debe ser politicamente correcto.
Agradezco tu reflexión.
Un abrazo
Francesc Cornadó
Gemma ha dicho que…
También yo agradezco la tuya,Francesc. Es curioso porque creo que todos preferimos la sinceridad pero dentro de una estética, hay que saber decir el no con naturalidad creo que es calidad de vida. Los momentos felices cada vez los busco más es parte de nuestros si, también lo ves después. Los cuarenta son autocrítica y seleccion, se sabe lo que no se quiere con mayor claridad. Cuidate.