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Coreografias

Hay coreografías preciosas en las que la expresión corpororal y la música actuan como elementos poéticos. El gesto en no pocas ocasiones es la literatura del sentimiento.  Nuestro latido  no deja de ser una coreografía musicada que apenas escuchamos pero que da sonido a cada segundo de nuestras vidas. Pum, pum..pum,pum.. Lo llevamos en modo silencio, pero ayer supe algo extraordinario.  Cuando estamos en el limbo, nuestro corazón tiene un agujero con una tapa o escotilla que permanece abierta mientras estamos en el seno materno; a través de este agujero le llega a nuestro corazón el oxígeno de la madre y, justo cuando nacemos, rompemos la apnea con la primera bocanada de aire, es entonces cuando el oxígeno entra por primera vez a nuestros pulmones desde el exterior, de los pulmones pasa a la sangre y con la sangre es impulsado hacia el agujero del corazón sellando la escotilla para siempre a causa de la primera respiración. Podría decirse que es después de la pri...

Sol de invierno

Por los relojes de sol, días azules de invierno. Por el que mira desde el bosque a la belleza irse río abajo Y es tu amigo, Cornadó! Por el poeta susurra el mar Federico! Y mil nombres más, durante días. Por Puigcarbó, Que no susurre el tuyo, Poeta! Que lo haga el papel carbón en copias de tres en tres.. Por el ave que esta tarde voló en el paraíso. Chiloé. Por la diosa Fortuna y el mecagoendios, Dani. Por los toldos. Por los vientos que los azotan. Y por el camión que los carga, Sentido de estado. Por una tarde libre, que se me perdió fluyendo. Por la madrugada que dormimos hasta despertar! amando. Por las luces que brillan con la incandescencia del dedo que sabe pulsar y antes piensa. Estrellado. Por ellos, Que brillan en la oscuridad. Como soles en invierno.

Mi condorito

Cómo me emociona este hombre.. por bueno y por valiente.  Hay cosas que nos reconcilian con el mundo y esta es una de ellas, tanto que incluso me conmueve.

Pelando la pava

Oda al mar Fernando Pessoa (II)

Oda marítima de Álvaro de Campos S OLO, EN EL MUELLE  desierto, en esta mañana de verano, miro hacia la entrada del puerto, miro hacia lo Indefinido, miro y me alegra ver, negro y claro, pequeño, un paquebote entrando. Viene lejos, nítido, clásico a su manera. Distante, en el aire lo sigue la vana orla de su humo. Viene entrando y la mañana entra con él y en el río, aquí, allá, despierta la vida marítima, se izan velas, avanzan remolcadores, surgen barcos pequeños detrás de las naves que están en el puerto. Hay una tenue brisa. Y mi alma se une con lo que apenas distingo, con el paquebote que entra, porque él está con la distancia, con la mañana, con el sentido marítimo de esta hora, con la dolorosa dulzura que me sube como náusea, como un principio de furia en el espíritu. Miro a lo lejos el paquebote, independiente del alma, y dentro de mí un volante comienza a girar, lentamente. Los paquebotes que entran de mañana en el puerto traen ant...

Fernando Pessoa en el vuelo de la lechuza

https://elvuelodelalechuza.com/2017/11/11/la-cotidiana-intimidad-de-pessoa/ Gran vuelo...de los mejores... He intentado escribir muchas veces sobre Pessoa, pero hay algo que me produce un gran respeto y reparo y es, su obra, nadie ha escrito más de Pessoa que el propio Pessoa y en su profundísima tarea por encontrarse, hallo algo que nadie es capaz de transmitirme como él: la orfandad del ser humano, esa que adquieres nada más nacer, no hay misticismo, ni locura, es la dura realidad del que nace amando más, de lo que puede esperar.

VIVA ESPAÑA Y OLÉ