Antonio Gala y Jesús Quintero en el perro verde (1988).
Ayer fue un día muy bonito en Barcelona, mientras dejaba una muy concurrida Rambla de Catalunya a mis espaldas y ya, cruzando por la acera de Valencia hacia el Paseo de Gracia, me acordé de esta entrevista. Recuerdo también una de Pedro Ruiz con Antonio en un plató de televisión donde aparecía la luna llena y donde todavía no se ha hecho de día en mi memoria, ni se hará, porque no me puede gustar más retenerla como fue, ahí escuché por primera vez lo del amante y el amado, y me vino muy bien en plena adolescencia; también ahora es necesario recordarlo y releerlo en su libro "Ahora hablaré de mí", un libro para mí inseparable de mis cosas, aunque no es su biografía, es un cúmulo de experiencias o anécdotas que cuenta y que vives con la nitidez de algo que sabes que no es pasajero, que permanecerá, y que probablemente, siga estando una vez nos hayamos transformado por el tiempo. Ayer pasó un ángel, como dice el dicho, haciendo referencia al silencio instantáneo que me produjo recordarlo.
Cuando pueda y esté, ante un teclado como viene haciendo falta, corrijo acentos y otras barbaridades.. justamente en esta entrada, no me puedo permitir ni un sólo error material.. se la dedico a un escritor que siempre me ha fascinado.
Comentarios
Salut
Aquí han desaparecido los teatros, los actores y hasta los espectadores.
Me conformo con ir al de Poble Nou, a la de aficionados, que son muy buenos y disfrutas.
Ostras con Gala, gracias por traerlo a colación.
salut
Con esta persona yo me pregunto... ¿Cuantos libros habrá leído?, ¿cuantos pensamientos habrá profundizado?... Dicen que a mayor riqueza de léxico más abundancia de pensamiento, este hombre es millonario... Antes no le aguantaba, ahora le admiro, lo que son las cosas...
Un saludo.
Gala siempre me ha gustado, y lo echaré mucho de menos cuando no esté porque aunque deja su obra se llevará sus ocurrencias sus reflexiones, se llevará el manantial y su riqueza. Antonio Vega canto una canción que compuso para el Antonio Gala es "a trabajos forzados". Pasa en la vida afortunadamente eso que dices, que lo insoportable no era tan insoportable..
Me alegra tu nueva entrada.
Un saludo, Daniel.